Albadalejo A Años Luz

Cuando Miguel Albadalejo estrenó su primera película,"La Primera Noche de Mi Vida" en 1998, se apeló al nombre de Almodóvar y lo convirtieron en su heredero. Ocho años después, Miguel Albadalejo ha hecho una película estupenda, "El Cielo Abierto" y otras cinco mucho peores. "Volando Voy", es la última. Ninguno de sus trabajos hasta la fecha han demostrado que Albadalejo sea el "nuevo Almodóvar", etiqueta con la seguramente tampoco estará de acuerdo y dudo que le haga sentir muy a gusto. En circunstancias normales, tal afirmación sería positiva, pero después de ver esta noche "Volando Voy", no estoy tan seguro de que sea así. La filmografía de Almodóvar es tremendamente irregular pero muy rica en sus cambios de registro, en audacia, en personajes extremos. Fue absolutamente transgresiva en sus comienzos y hoy día ha convertido todo ello en un particularísimo sello de autoría que gustará o no, pero que le define como creador. Albadalejo está a años luz de todo eso. Sus películas no han crecido después de seis largometrajes. Salvo la mencionada "El Cielo Abierto", son trabajos absolutamente intrascendentes, donde podemos rastrear algún rasgo personal (hasta que descubrimos que pertenece a Elvira Lindo) pero que no muestran una evolución creativa o personal.

La sexta película de Almodóvar fue "La Ley Del Deseo", probablemente su mejor trabajo. La sexta de Albadalejo es "Volando Voy", una biografía edulcorada y ñoña sobre dos años en la vida de El Pera, delincuente infantil de la década de los 80 reinsertado en la sociedad gracias a la labor de la Ciudad de los Muchachos. Un trabajo unísono y grisáceo lejos de la rabia y la suciedad de títulos como "Perros Callejeros", "El Pico" o "El Vaquilla", iconos del cine social hace 20 años y que Albadalejo emula con pudor y sin tino. Mal interpretada, escrita a golpe de tópicos (ese psicólogo caricaturizado por Alex Casanovas) y dirigida sin fuelle (las persecuciones pueden ser de las peores de la historia de la cinematografía) "Volando Voy" es la peor película de Albadalejo. Las razones las podemos encontrar en el conformismo. Almodóvar nunca lo fue y las subvenciones de su época tampoco fueron las de ahora.

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