Merchant, Cuatro días después
Al final se me ha ido pasando y ya hace cuatro días que murió Ismael Merchant. Productor entre otras, de películas como "La Bostonianas", "Maurice" o "Una Habitación con Vistas", también flirteó con la dirección aunque con escasa repercusión. Fue el cincuenta por ciento de Merchant & Ivory (el director californiano James Ivory era la otra mitad) de la que salieron también "Regreso a Howards End", "La Hija de un soldado nunca llora" y la estupenda "Lo que queda del día". Merchant deja un par de un proyectos inconclusos que difícilmente verán la luz ahora. Supongo que quedarán en suspenso unos meses hasta que alguien los clasifique, empaquete y reduzca a un rincón del almacén de proyectos inconclusos. La historia del cine también podría escribirse con los proyectos que por uno u otro motivo, nunca vieron la luz. Por falta de presupuesto, por sobredosis de barbitúricos, por sequía o por tifón. En algún sótano, aguardan, estoy seguro, cientos de latas de negativo con las tomas de otras tantas películas que esperan todavía su claqueta final. Hace unos años, Carlos ideó una historia que siempre hemos querido convertir en un cortometraje: Un tipo entra en un supermercado a hacer la compra de cada día con un libro de Kundera (por ejemplo). El tipo paga la cuenta, deja la cesta en su lugar y dentro de ella, el libro que estaba leyendo. Ese mismo día, uno de los empleados, cogía ese libro y lo llevaba al almacén de objetos perdidos donde aguardaban cientos de pequeñas cosas que habían sido olvidadas a lo largo de los años; una especie de arcadia donde encontrar todo lo que un día creímos perder. Pero volvamos a Merchant. Recuerdo ahora cuando Merchant presentó en Londres junto a James Ivory, la que por entonces era su última película, "La Copa Dorada (The Golden Bowl)". En la rueda de prensa, Merchant se comportó como productor ejemplar, mimando a su director, interviniendo lo justo, siempre en un segundo plano que inmediatamente le hacía destacar más. Cuando lo hacía, hablaba con pasión de su trabajo. Después de la rueda de prensa, estuve merodeando a su alrededor, buscando el momento mas adecuado para acercarme y estrechar su mano. Al final no lo hice. Cuando volví a la casa de Cromwell Road, conté a todos que sí que había estrechado su mano y con el tiempo, casi me lo he llegado a creer. Que sea así entonces.
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