La Boina de Alfredo Landa

No se cuando fue exactamente el momento en el que el fenómeno del "Landismo" se extinguió. Supongo que la llegada de la democracia, el destape y Jose Luis Garci acabó con la tonta del bote, los viajes de Pepe a Alemania y las suecas en general. Cosas de la evolución o no tanto. El caso es que Garci convirtió a Landa en un actor respetado. Mariano Ozores se quedó sin chistes después de aprobar la ley del divorcio y el cine español en general, empezó a renegar de los paletos que tomaban la ciudad y armaban el Belén. A día de hoy, treinta años de transición después, el cine español parece preparado para retomar la boina de Paco Martínez Soria. Hace mas o menos un año, la prestigiosa Variety estadounidense, publicaba un artículo en el que hablaba del nuevo cine español como un cine de pedorretas, escatológico y caricaturesco. Se refería el periodista a los estrenos de la secuela de "Torrente: El Brazo tonto de la ley" de Santiago Seguro, "Una de zombies" se Jose Antonio Lamata o "Isi/Disi" de Chema de la Peña. Este mes, uno de los seleccionadores del Festival de Cannes, justificaba la ausencia de cine español en la prestigiosa Sección Oficial alegando que el cine español está un poco desfasado. Que era poco innovador. Quizá por eso, Cannes se sigue apoyando desde hace una década en los mismos nombres que ellos mismos han creado: este año sin ir mas lejos Lars Von Trier, Gus Van Sant, Jean-Luc y Pierre Dardenne, Atom Egoyam o Win Wenders pelearan por la Palma de Oro. Frente a todo esto, es curioso destacar que ha sido una película española, "Mar Adentro" de Alejandro Amenabar la película mas laureada del año alrededor del planeta. Contradicciones, claro. Hace dos días me armé de valor y me metí a ver "El Penalti mas largo del mundo", protagonizada por Fernando Tejero y dirigida por Roberto Santiago. Mas cerca de Ozores que de Berlanga, a quien siempre se invoca en estos casos, el segundo largometraje de Santiago se aleja del modelo del cine social al que le gustaría que la relacionaran (y que entroncaría con Berlanga, De Sica y mas recientemente Ken Loach o el Stephen Frears de "Café Irlandés" por ejemplo) para quedarse en un ejercicio de comedia de periferia muy bien patrocinado. Fernando Tejero se calza con soltura la boina del nuevo paleto, cambiando los pantalones de pana por los de un chandal de mercadillo, pero manteniendo intacta su capacidad de asombro ante una regut de calamares flambeados. S echa de menos el retorno de la suecas, pero todo se andara.

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