Insomnio Cinéfilo

Quince personas han entrado en total hoy en el cine. Se han repartido entre "AeonFlux" y "Harry Potter y El Cáliz de Fuego". A "Tierra de pasiones" no ha entrado nadie, solo yo. Ha sido un día de tormenta y eso se nota. Sobre todo en lo agustito que se está en una sala para tí solo con la calefacción a tu gusto. Juan me ha dejado dormitar a gusto, aunque lamentablemente no he dormido todo lo que hubiera querido y no precisamente por la calidad de la película en cuestión. Hace sólo unos meses me dormía con cualquier película (creo que la última vez que me ocurrió fue con "El Señor de los Anillos: El Retorno del Rey"). Que buenas cabezadas hace dos años en el Festival de Gijón!. En fin, a lo que iba: sufro de insomnio cinéfilo. Ahora no me puedo dormir ni en las películas mas malas. "Tierra de Pasiones" es una producción canediense de hace un par de años, con reparto rutilante de estrellas eclipsadas, Vincent Pérez, Irene Jacob, Gerard Depardeau y Tim Roth, ambientada en la época de la colonización. Algo así como un "Indochina" sin el exotismo, la carne, la Deneuve y el talento de Regis Wagnier. La historia es una folletinesca lección de amor imposible, villanos de caracterización, música grandilocuente y postales añejas que acumula una alarmante lista de tópicos tanto en su argumento como en su puesta en escena. Viendo un producto tan simplón y alimenticio como "Tierra de pasiones", se tiene la sensación de que el cine necesita nuevas vías de expresión narrativa. No es suficiente elevar la banda sonora por encima del plano final para subrayar el final. Ya no lo es. Juan, el nuevo portero de los cines, se salía esta noche de "AeonFlux" antes de que comenzaran los créditos. "Ya es el final", me dijo. A quien demonios le importa lo que ocurra después de la última batalla. Ya se sabe. La chica se queda con el chico.


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