OSCARS'2010: LA CARPA DORADA DEL MISMO CIRCO
La ceremonia de entrega de los Oscars de la madrugada pasada tiene varias e interesantes lecturas. La más evidente es el triunfo de David contra Goliath. "Avatar" como estandarte del futuro que ha abierto en la industria a base de invertir millones de dólares en tecnología y marketing sufrió el rechazo de la Academia que prefirió estimular la creatividad del cineasta independiente en los tiempos del 3D. Frente a la parafernalia ecologista de "Avatar", los Oscars se reconocen en el melodrama como brújula social y se distancia una vez más del cine de género, relegando el sci-fi a la pedrea técnica donde el film de James Cameron no tuvo un contricante de altura. "En Tierra Hostil" es el último de una serie de títulos como "Crash" o "Slumdog Millionaire: ¿Quién Quiere Ser Millonario?" que se han impuesto a las maquinaciones de las majors.
Hollywood ha demostrado su independencia a costa del espectáculo de una gala grisácea que no sobrevivió al discurso de agradecimiento y resuelta con gracia escasa y poco sentido del rítmo. Se echó en falta el talante festivo y musical de Hugh Jackman y las cuatro horas largas de duración pesaron como una losa en la representación musical de las bandas sonoras nominadas y la retaila de los cortometrajes y efectos de sonido.
El año en el que la Academia decidió ampliar la categoría maestra de cinco a diez títulos para dar cabida al blockbuster, el documental, la animación y el cine de género, "En Tierra Hostil" ha hecho historia reconociendo a la primera mujer en sus 82 años de historia en recoger el Oscar al Mejor Director/a y decantándose por la película menos taquillera de las diez nominadas (justo cuando se buscaba precisamente lo contrario: tender puente entre los gustos del espectador y los académicos). Estupenda bofetada en toda la cara que si bien se antoja desproporcionada, remarca la independencia de Hollywood frente al fasto que defiende desde otras alfombras y otros aforos. Hollywood asume la necesidad alimenticia de que títulos como "Transformers" o "Avatar" capitaneen las taquillas, para poder financiar otro tipo de productos desde la independecia artística y personal. Dos modos de hacer y entender el cine que conviven de forma pacífica y que por una noche al año, se encuentran bajo la carpa dorada del mismo circo.
Hollywood ha demostrado su independencia a costa del espectáculo de una gala grisácea que no sobrevivió al discurso de agradecimiento y resuelta con gracia escasa y poco sentido del rítmo. Se echó en falta el talante festivo y musical de Hugh Jackman y las cuatro horas largas de duración pesaron como una losa en la representación musical de las bandas sonoras nominadas y la retaila de los cortometrajes y efectos de sonido.
El año en el que la Academia decidió ampliar la categoría maestra de cinco a diez títulos para dar cabida al blockbuster, el documental, la animación y el cine de género, "En Tierra Hostil" ha hecho historia reconociendo a la primera mujer en sus 82 años de historia en recoger el Oscar al Mejor Director/a y decantándose por la película menos taquillera de las diez nominadas (justo cuando se buscaba precisamente lo contrario: tender puente entre los gustos del espectador y los académicos). Estupenda bofetada en toda la cara que si bien se antoja desproporcionada, remarca la independencia de Hollywood frente al fasto que defiende desde otras alfombras y otros aforos. Hollywood asume la necesidad alimenticia de que títulos como "Transformers" o "Avatar" capitaneen las taquillas, para poder financiar otro tipo de productos desde la independecia artística y personal. Dos modos de hacer y entender el cine que conviven de forma pacífica y que por una noche al año, se encuentran bajo la carpa dorada del mismo circo.
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