El guionista de “Campo de batalla: la Tierra” pide perdón
“Campo de batalla: la Tierra” (Battelfield Earth) (Roger Chistian, 2000) fue señalada por los responsables del antioscar, el Razzie, como “la peor película de la década“. Ese tanque, protagonizado por un John Travolta a medio camino entre Bob Marley y Deprededador, está basado en la novela del cientólogo Ron Hubbard (un libro considerado por los ajenos a la dianética como mala ciencia ficción, y por los seguidores de la cientología como la Biblia), adaptada a la pantalla por J.D Shapiro (también guionista de Las locas, locas aventuras de Robin Hood, la versión de Mel Brooks sobre las aventuras del ladrón de Sherwood, estrenada en 1993). Shapiro no sólo recogió el premio, además ha publicado una carta de disculpa en el New York Post el día de hoy, que no tiene desperdicio: “Dejenme empezar por disculparme con todos los que fueron a ver Battlefield Earth. (…) Fue en 1994, y había leído un artículo en la revista Premiere que decía que el Celebrity Center, el epicentro de la Cientologia en Los Angeles, era un gran lugar para conocer mujeres. (…)Visite el lugar. No encontré ninguna mujer elegible en un primer momento, pero conocí a Karen Hollander, presidente del Centro, quien me dijo que era fan de Las locas, locas aventuras de Robin Hood. Hablamos durante dos horas. Me dijo porqué la Cientología era tan buena. Yo le dije que, cuando viene de una religión organizada, intentar recompensar, amenzar y controlar a la gente con algo desconocido como la otra vida era peligroso. A pesar de ello, Karen me llamo unos días después preguntando si estaba interesado en adaptar alguno de los libros de Ron Hubbard a la pantalla. (…) Investigué la Cientología antes de comprometerme a hacer la película. No quería hacer nada que adoctrinase a la gente. Tome un par de sus cursos, incluyendo la Carrera Purificadora o Purif. Vas al centro todos los días, te dan vitaminas y entras al sauna, de modo que las toxinas abandonan tu cuerpo. Se supone que llegarás así a un “Punto Final“. Nunca lo logré, pero estaba tan aburrido que les dije que había tenido una visión con Ron Hubbard. “Qué te dijo?”. “Jala mi dedo”, fue mi respuesta. Me dijeron que estaba listo”. Esperamos que otros guionistas sigan el ejemplo de Shapiro.
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