El Cine Americano Ya No Sabe Ni Hacer Malas Películas

El cine americano ha llegado a un punto en el que ya ni siquiera sabe hacer malas películas. Sentencio en general, sin detallar excepciones cada vez mas infrecuentes y enterradas en el ya habitual caos de las distribuidoras. Y escribo a propósito de "10.000", la última barbaridad perpetrada por Roland Emmerich. Creo que era Jordi Costa el que escribía en Fotogramas este mismo mes que la carrera de Emmerich hace tiempo ya que no va paralela a la de Steven Spielberg y a nadie mas que a mí me duele reconocerlo a estas alturas. Me duele porque me he tenido que partir la cabeza decenas de veces defendiendo el elemento trash de "Independence Day", el aliento a serie ínfima de "Godzilla", el compromiso con el elemento catastrofista en la estupenda "El Día de Mañana". Pero "10.000" tiene muy pocos argumentos que justifiquen clemencia. Mientras que la filmografía de Spielberg ha ido adquiriendo matices y adoptando un discursos mas complejo y personal, el último trabajo de Roland Emmerich está absolutamente desprovisto de cualquier tipo de profundidad, apostando por el refrito y anémico en emoción.

El diagnóstico sería aplicable al 90 por ciento de la producción cinematográfica actual, no vamos a echarle toda la culpa al alemán. El patrón del nuevo cine de entretenimiento orbita alrededor del remake y la secuela y en este punto solo me queda preguntarme si siempre fue así o si sencillamente es que soy demasiado mayor. Lo suficientemente mayor al menos para haber ido al cine a ver el "Robocop" original y también su remake. Como cuando Sidney Pollack profanó a Billy Wilder y se atrevió a prostituir a "Sabrina". Respecto a Emmerich es obvio que el director de "Stargate" es un especialista en untar capas de maquillaje a los géneros; revitalizó el sci-fi patriótico con "ID4", la galería de monstruos con "Godzilla" y dignificó el cine catastrofista con "El día de mañana". En "10.000" Emmerich se ha atrevido con el cine de aventuras prehistóricas, en la senda de Harryhausen pero apelando al espíritu del Mel Gibson de "Apocalypto" pero en esta ocasión el resultado no ha estado a la altura; como si de repente se tomara en serio.

Y es imposible tomar en serio una bazofia como "10.000". Ni su analfabetismo histórico, ni su desconocimiento del retrato animal, ni su raquítico sentido del romanticismo, ni su incapacidad para distribuir la adrenalina narrativa, ni la absoluta falta de credibilidad interpretativa de todos sus protagonistas, o lo cantoso de su cartón piedra, sus aborígenes, sus lunas llenas y sus profecias lo hacen posible. Además de todo esto, resulta que la película es tremendamente aburrida, predecible y a (muchos) ratos, ridícula. Emmerich dirige con desgana y escribe con la tinta gastada unos diálogos de parvulario recitados con telepronter que no hacen mas que resaltar cada una de sus carencias (tan numerosas). Carencias que en sus anteriores trabajos Emmerich se esforzaba en disimular bajo la apariencia de cine de género, y que en esta nuevo film no se molesta en ocultar. El resultado es un pobre espectáculo de efectos digitales, encadenados con una terrible arritmia narrativa que viene a engrosar el listado de blockbusters para espectadores menopáusicos que han olvidado lo que son emociones fuertes. Lo siento, Sr. Emmerich pero la defensa abandona la sala.

Comments

  1. Muy bien dicho sobre la peli chaval tu sabes lo que escribes yo vi esa peli y me parecio u bodrio, o uizas no ... pero bueno ese es un problema mio, un saludo pa tituloriginal.blogspot

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  2. Ese problema hay que hacérselo mirar... ¿qué kieres decir con "quizás no"?... Yo me esforcé en que me gustara, pero fue imposible...

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  3. Plana, aburrida, previsible, hecha con desgana... y vista (más bien sufrida) con más desgana si cabe. Si no fuera porque jamás me he salido de una sala de cine lo hubiese hecho en esta ocasión con mucho gusto. La pena es que fui solo y no tenía a nadie al lado que me arrastrase al bar más cercano para ahogar mis cinematográficas penas en un tanque de cerveza bien fresca.

    Un abrazo desde "La última sesión".

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  4. Lo peor de estas pelis es ir solo a verlas, es cierto. Recuerdo cuando fui solo a ver "La brújula dorada"... la pasta que me gasté en palomitas, refrescos, bolas de chocolate, nachos, etc,etc...

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  5. Anonymous8:57 PM

    Joer, no conocia a Emmerich, pero ahora que has relatado su filmografia pienso que es un genial... destroza-generos Lamentable!
    Por cierto, eso de echarle las culpas al aleman me suena a SAP.

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  6. JAJAJA... leer la palabra SAP ya me pone los pelos del culo de punta... Lamentable!!

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