Morning Glory’, trailer, con Harrison Ford, Rachel McAdams y Diane Keaton.
A ver, ‘Morning Glory’ tiene todas las papeletas de ser una comedia ‘clinex’, de esas de usar y tirar. Pero cuenta con varios elementos que un servidor considera destacables para esperar una película entretenida. Y es que el listón últimamente está bajando tanto que sólo pide que al menos un filme le entretenga. Por una parte, el director de la cinta me inspira confianza. A pesar de que no haya tenido demasiado éxito con sus últimas cintas, Roger Michell es un experto en este género cómico-romántico, y ya lo demostró con creces con la deliciosa ‘Notting Hill’. Por otro lado, quien ha escrito el guión del filme, Aline Brosh McKenna, tiene también un oficio en la materia que le respalda. Son suyos los scripts de ‘El diablo viste de Prada’ o ‘27 vestidos’, y fueron resolutivos. Y el de ‘Morning Glory’, que produce la compañía de J.J. Abrams Bad Robot, no va del todo desencaminado: Una aspirante a productora (Rachel McAdams) de programas de noticias, intenta salvar un defectuoso magazine matinal, tomando el control de quiénes lo deben presentar. Para ello contrata a un periodista, Mike Pomeroy (Harrison Ford) caído en el olvido tras varios años de gloria televisiva y con querencia al alcohol. Por desgracia, Pomeroy se niega a cubrir la información básica matinal sobre chismes de celebridades, el clima, la moda y la artesanía - por no hablar de trabajar con su nueva copresentadora, Colleen Peck (Diane Keaton), una ex reina de belleza y durante mucho tiempo una personalidad del programa que es muy feliz haciendo este trabajo. Entretanto, surge el amor de Becky por su compañero productor Adam Bennett (Patrick Wilson), pero pronto se verá luchando por salvar su relación, su reputación, su trabajo y, en definitiva, a ella misma. La vena cómica de Adams y Keaton son indiscutibles, pero ver a Harrison Ford en este trailer, explotando la suya, ha sido muy estimulante. Lo dicho, puede ser divertida. El 12 de noviembre de este año será su momento de demostrarlo, al menos en USA.
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