Te Imaginas a Pierce Brosnan Corriendo Así?

Que bien que me lo he pasado viendo la última de James Bond y que pronto nos olvidamos de Pierce Brosnan. Ya en la primera secuencia, después de los créditos, cuando vemos al flamante Bond correr como alma que lleva el diablo, sudando, con la camisa rota, detrás de un ratero intercontinental, Mario me preguntaba: "¿Te imaginas a Pierce Brosnan haciendo eso?". No. Evidentemente no. Difícilmente me cuesta imaginarlo despeinado (a pesar de sus esfuerzos por conseguirlo en "Muere Otro Día").

La incorporación de Daniel Craig a la franquicia nos revela a un Bond inédito hasta la fecha. Vulnerable pero también extremadamente violento, de una fortaleza física tremenda pero capaz de llegar al agotamiento, conquistador y conquistado. La trama además se recrudeza. M añora la Guerra Fría (y le da a la estupenda Judi Dench mas minutos que en ninguna otra película). Pero si esta enésima entrega de James Bond sobresale por algo (además de por los cuerpos de Daniel Craig y Eva Green) es por la ausencia de gadgets. La desaparición de Q nos muestra a un Bond de a pie, sin cacharros imposibles y unos villanos que no lo son tanto (en cuanto dependen siempre de alguien que está por encima de ellos y a los que ni Bond ni la Reina de Inglaterra pueden tocar, posiblemente porque cenen a la misma mesa).

Los contras de "Casino Royal" recaen en la parte autorial. Martin Campbel demuestra una vez mas su escaso talento para maniobrar con gracia en las secuencias decisivas y la película se le desinfla en el que tenía que haber sido el tramo mas interesante, la partida de póker. Campbell es eficaz y funcional en las secuencias de acción (la que abre la película) pero su incapacidad para construir unos planos con una determinada fuerza narrativa (sobre todo cuando Bond ha dejado de correr y se sienta a jugar) hacen que la película roce lo soporífero por momentos. En cualquier caso, siempre puedes aprovechar para ir al baño, recargar el cubo de palomitas o pensar en los últimos regalos que te quedan por comprar.