1985

Me comentaba Ana ayer mismo por teléfono, después de de decirme que había suspendido el exámen práctico de conducir (Ánimo Valiente!), que no me comprara por muy tentado que estuviera, el DVD de "Exploradores". Al parecer, el disco, proveniente del mercado alemán, fusila un par de secuencias que luego, con mucha cara dura creo yo, meten dentro de uno de los extras: escenas eliminadas. Curioso. Pasa con muchas ediciones y a estas alturas, es imposible fiarse de lo que estás comprando, porque casi con toda probabilidad, al cabo de una temporada una edición remasterizada y con portada nueva volverá a ponerse a la venta. Pijadas. Total, que Ana propone, para ir calentando motores, boicotear todo lo venga de Alemania y yo, desde este humilde púlpito no puedo por menos que dar a conocer sus palabras. "Exploradores" fue dirigida por el gran Joe Dante allá por 1985 y desde entonces, se convirtió en una de esas películas de culto que uno va guardando en su muy particular e intransferible lista de películas imprescindibles. Ana y yo compartimos esa (y muchas más) y cada cierto tiempo, nos vemos tentandos de volver a verla. Solemos acudir a este tipo de películas en momentos de bajón, nostalgia o simplemente aburrimiento. Sabemos lo que nos vamos a encontrar y sobre todo, sabemos que durante esos ochenta y ocho minutos, podemos recuperar un trozo exacto de aquella Navidad de 1985 cuando viste en la sala 5 de los Multicines Centro de Plaza Gracia, esa película de tres niñatos que construyen una nave espacial con latas de Pepsy y viajan al espacio exterior. A pesar de los desperfectos de puertas afuera, dentro de la película, todo permanece intacto (salvo en la edición alemana del DVD, claro). Estas Navidades y otras muchas, atrás, vengo echando en falta una película que meter en ese saco. Presiento que no voy a recuperar ese tipo de sensaciones y me entristezco por los niños de hoy, obligados a recalentar Matrix Revolutions en el reproductor de su PlayStation 2. O quizá soy yo, el que sige recalentando sus propios recuerdos, su pasado más inmediato. Como quizá no vuelva a escribir por aquí hasta pasada la Navidad (todo el mundo tiene derecho a unas vacaciones!), me apetece desear ¡Felíz Navidad! a todo aquel que se pase por aquí (con todo lo que ello puede llegar a significar).

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