La X que marca el lugar del tesoro

En un pueblo de Chile, cientos de personas han resultado heridas y una anciana de 68 años ha muerto de un ataque al corazón mientras trataban de huir de un tsunami fantasma que nunca llegó. Mientras tanto la costa asiática continúa recibiendo la ayuda internacional a través de telemaratones, apadrinamientos y actividades benéficas defendidas en directo por primeras estrellas del mundo espectáculo. Muchas de ellas se dieron cita en la madrugada de ayer en torno a una opulenta mesa en la ceremonia de entrega de los siempre arbitrarios Golden Globes. Nicole Kidman se atrevió con un modelo estravagante con plumas de pavo real mientras que Rachel Welch presumia de pechos ante cualquier periodista que le prestara un poco de atención. Es increíble la cantidad de premios cinematográficos que hay (y que se entregan todos por estas fechas). Todos parecen orbitar en torno a la figura dorada del Oscar, eso sí. Los distintos gremios de artistas, críticos, canales temáticos o cadenas de entretenimiento sueltan nominaciones y eligen a dedo a sus favoritos. Todos tienen sus premios, menos los espectadores. Los espectadores atendemos a las conclusiones del "Círculo de Críticos de Nueva York" que dicen que "La Mala Educación" de Pedro Almodóvar es la mejor película de habla no inglesa del año, las del "Círculo de críticos nacional" que dicen que "Mar Adentro" de Alejandro Amenábar es la mejor película de habla no inglesa del año, las del "Círculo de críticos de Vete tú A Saber" que eligen a "El Verdugo" de Luis G. Berlanga como la mejor película de toda la historia del cine. La asociación de críticos extranjeros eligieron anoche a la película del últimamente muy aburrido Martin Scorsese, "El Aviador" como la mejor película del año. Pues muy bien. Yo la estuve viendo el sábado pasado en un pase de madrugada y desde luego no comparto para nada la muy ilustre y siempre bien fundamentada decisión de los críticos de Hollywood. Encuentro que la película resulta forzada y sin alma y prefiero sin duda la frescura de "Antes del Atardecer" de Richard Linklater o la imaginería romántica de "Olvídate de Mí" de Michel Gondry. No puedo evitar pensar que todo está atado en estas patrocinadas entregas de premios. Hace tiempo que los Oscars perdieron la credibilidad de antaño. Hace tiempo que no se mojan, optando por la defensa a ultranza de una industria en horas bajas que mira mas allá de sus fronteras para rellenar los huecos que dejan la falta de títulos de calidad al margen de la categoría de los efectos de sonido. Por todo eso y por muchas otras cosas más, hace tiempo que deje de pasar noches en blanco, hace tiempo que deje de marcar con una X mis favoritos de cada año. La X que antes me despejaban otros, la despejo yo ahora.

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