Crónica del Festival de Sitges 2016: Día 6
Miércoles, 12 de octubre
Volvemos a hacer un esfuerzo y nos despertamos a una hora decente para poder ver la polémica Raw (Julia Ducournau, Francia y Bélgica), que participa en la Secció Oficial Fantàstic Competició 49. Nos referimos a ella como polémica porque es de estas que, supuestamente, provocó vómitos y desmayos entre el público del Festival de Toronto. Sin ánimo de indagar mucho en el tema, adelantamos que la cosa va más hacia la moral del espectador que hacia lo explícito. Tras verla, por un lado nos decepciona que su premisa, vinculada a la relación de nuestra especie con las demás (la protagonista es vegetariana y empieza a estudiar veterinaria), sea un mero punto de partida para desarrollar la historia principal. Aun así, como producción sobre el brusco despertar sexual adolescente, con sutiles referentes al género fantástico y a determinada criatura, merece la pena. También nos llaman la atención las canciones que suenan durante toda la narración, muy bien elegidas y puestas en contexto.
Nos quedamos en Auditori para la única Sitges Classics que veremos este año: Star trek: The motion picture - The director's edition (Robert Wise, Estados Unidos, 1979). Walter Koenig, Chekov a lo largo de toda la franquicia, recibe el premio Màquina del temps antes de la proyección. Después de un descanso tras una de las mayores obras de ficción científica de la historia, gran apología de la búsqueda y de la ampliación del conocimiento, vamos a ver otra película de la Secció Oficial Fantàstic Competició 49: Tenemos la carne (Emiliano Rocha Minter, México). Su director nos la presenta brevemente y en seguida nos encontramos inmersos en un viaje explícitamente sexual e implícitamente político.
Mientras parte del público va abandonando la sala o insiste en hacer saber a los demás su incomprensión respecto a la película, disfrutamos un espectáculo más visual que narrativo. Tenemos la carne parace poco innovadora respecto al género erótico y sexual, pero los tiros van hacia otra dirección. Recordándonos a ratos a Enter the void (Gaspar Noe, Francia, 2009) y a Srpski film/A serbian film (Srđan Spasojević, Serbia, 2010), intuimos que la producción es un golpe sobre la mesa, necesario tanto para romper tabúes como para llamar la atención hacia su país de origen. Toda la acción transcurre en un escenario donde la moral es nula. Donde todos los deseos, con consentimiento propio y ajeno, se satisfacen. Donde el placer, esencial, consigue librarse de la hipocresía y la moral judeocristiana que nos invade desde que nacemos. El éxtasis está asegurado.
Corremos de sala a sala para llegar a la sesión especial de Panorama, Ballad in blood (Ruggero Deodato, Italia), para la cual nos hubiera ido de fábula tener algo de contexto más allá del que nos proporcionó el director: "es una película para los jóvenes que van de Erasmus". Sí, pero también es el primer guion que recibió tras una fallida producción y es un mero capricho. Una slasher estúpido, con personajes estúpidos y giros de guión estúpidos. Constantemente nos viene a la cabeza que esta película se está proyectando únicamente por estar dirigida por una celebridad dentro del género. Una vez más, nos sentimos engañados no tanto por un autor si no por el Festival.
La decepción se compensa, pues hoy sí que podemos asistir a la proyección de una Seven Chances, Begotten (E. Elias Merhige, Estados Unidos, 1990). La Associació de Crítics i Escriptors Cinematogràfics de Catalunya ha vuelto la vista atrás para recuperar una cinta experimental olvidada. Dedicarle demasiadas líneas nos parece absurdo. Pese a acercarse a algo como Eraserhead (David Lynch, Estados Unidos, 1977) o Tetsuo (Shinya Tsukamoto, Japón, 1989), la película, sin diálogos ni música y con un contraste altísimo entre blancos y negros, logra algo inaudito: Somos testigos de un Génesis desconocido, intenso y violento. Y demasiado familiar.
Rob y Sheri Moon Zombie han estado todo el día por el festival, visitando la exposición de carteles sobre su obra, dando una clase magistral y, finalmente, pasando por la alfombra roja para entrar a Auditori y presentar 31 (Rob Zombie, Estados Unidos), otras de las sesiones especiales de Secció Oficial Fantàstic. Las expectativas son altas, tanto que a Àngel Sala (director del festival) se le unen Mike Hostench (subdirector) y Diego López (Brigadoon) durante la presentación, no tanto como responsables si no como fans acérrimos. Las palabras Rob son breves y la proyección empieza entre muchos aplausos.
Utilizando las mismas herramientas que con otros títulos de su filmografia, Zombie ha realizado una película más. Parece seguir un manual de principio a fin, incluso en su estremecedor prólogo, su estirado nudo o su épica conclusión. Lo bueno es que sigue un buen manual y cuando 31 termina, la aprobamos sin más. Pese a un par de líneas divertidas y algunas escenas gore cañeras, el resto es modesto y entretenido, sin llegar a aportar algo nuevo al género, ni siquiera en forma de homenaje.
Para que cada día sea un Día Sitges, debemos perdernos alguna proyección y llorar antes de ir a dormir. La proyección de Revengeance (Bill Plympton, Estados Unidos) ha estado presentada por el animador, que después ha contestado preguntas y firmado y atendido a su público. Jo.
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