Crónica del Festival de Sitges 2016: Día 1
Arranca la cuadragésimo novena edición del Festival Internacional de Cinema Fantàstic de Catalunya, Festival de Sitges de aquí en adelante. Con la eterna franquicia Star trek como imagen y tema principal, el evento promete, de nuevo, una gran cantidad de emociones, sustos, reflexiones, risas y lágrimas. Título Original está presente de principio a fin para recibir una dosis determinada, variada, la cual queda reflejada en estas crónicas sin dejar a un lado la programación más destacable. Y cada día tendrá una canción.
Viernes, 7 de octubre
La siguiente es Here alone (Rod Blackhurst, Estados Unidos). Parte de una interesante premisa con una mujer que, tras una epidemia, lo ha perdido todo y vive oculta en el bosque. Supervivencia verosímil y un ritmo lento abren la película adecuadamente para que flashbacks innecesarios y moral judeocristiana la conviertan en una sucedáneo pobre de la serie de televisión The walking dead.
Entrada la tarde nos desplazamos hasta el Auditori Melià para ver Miljung/The age of shadows (Kim Jee-woon, Corea del Sur), de la sección Òrbita. Ambientada en la década de los treinta, durante el Movimiento de Independencia de Corea, sigue a un miembro de la policía japonesa de origen coreano interpretado por Song Kang-ho (Sympathy for Mr. Vengeance, The host). Durante un juego de espías entre dicha policía y la resistencia coreana, tanto el protagonista y como el espectador empatizan con los llamados terroristas, gracias a diálogos sobre la lucha contra la opresión. A lo largo de toda la película, numerosas secuencias con espectaculares movimientos de cámara y ensordecedores disparos sacuden la sala y provocan una ovación tras la conclusión.
Diez minutos separan esta proyección de la siguiente, una sesión especial doble de Noves Visions con Sion Sono (Love exposure, The virgin psychics) como protagonista. El primer plato es el documental Sono Shion to iu ikimono/The Sion Sono (Arata Oshima, Japón). Filmado durante el rodaje de su última película, muestra numerosos momentos íntimos y sociales del artista. Pequeñas reflexiones tras un par de cervezas y grandes escenas con familia y conocidos nos acercan un poco más al polémico y, en parte rechazado, autor. El segundo plato es Hiso hiso boshi/The whispering star (Sion Sono, Japón). Basada en un guión escrito hace más de veinte años, una humilde historia de ficción científica ralentiza el ritmo de las proyecciones en Prado. Contrastando con el humor y el gore macarra que populariza a su director, la peli, con un único plano a color, transmite las sensaciones de una humanoide en la soledad del espacio exterior.
Acercándose la media noche volvemos a Auditori a una sesión especial de la Secció Oficial Fantàstic para comprobar por qué Colossal (Nacho Vigalondo, Canadá) es el kaiju eiga, o película de monstruos, que ha hecho sonar las alarmas de los estudios norteamericanos por superar las adaptaciones del género realizadas hasta la fecha. Y efectivamente, la obra es un gran punto de originalidad tras decenas de entregas sobre gigantes arrasando ciudades y personajes planos olvidables. Con una tremenda facilidad para pasar de lo divertido y ridículo a lo más trágico, Colossal cierra el primer día con más aplausos y la certeza de que Vigalondo es un autor que conoce los géneros que trata y los enriquece con algo fresco.
Si bien no llegamos a ver la película de inauguración, Inside (Miguel Ángel Vivas, España), nos llegan noticias tras sus tres pases. Como remake demasiado prematuro de À l'intérieur (Julien Maury y Alexandre Bustillo, Francia, 2007), apenas aporta algo nuevo. Su tercer acto reduce la violencia característica del torture porn francés pero, tras su conclusión, prácticamente todo queda en el olvido. Durante la gala de inauguración se entrega el Gran Premi Honorífic a Max von Sydow (El manantial de la doncella, The exorcist).
Diez minutos separan esta proyección de la siguiente, una sesión especial doble de Noves Visions con Sion Sono (Love exposure, The virgin psychics) como protagonista. El primer plato es el documental Sono Shion to iu ikimono/The Sion Sono (Arata Oshima, Japón). Filmado durante el rodaje de su última película, muestra numerosos momentos íntimos y sociales del artista. Pequeñas reflexiones tras un par de cervezas y grandes escenas con familia y conocidos nos acercan un poco más al polémico y, en parte rechazado, autor. El segundo plato es Hiso hiso boshi/The whispering star (Sion Sono, Japón). Basada en un guión escrito hace más de veinte años, una humilde historia de ficción científica ralentiza el ritmo de las proyecciones en Prado. Contrastando con el humor y el gore macarra que populariza a su director, la peli, con un único plano a color, transmite las sensaciones de una humanoide en la soledad del espacio exterior.
Acercándose la media noche volvemos a Auditori a una sesión especial de la Secció Oficial Fantàstic para comprobar por qué Colossal (Nacho Vigalondo, Canadá) es el kaiju eiga, o película de monstruos, que ha hecho sonar las alarmas de los estudios norteamericanos por superar las adaptaciones del género realizadas hasta la fecha. Y efectivamente, la obra es un gran punto de originalidad tras decenas de entregas sobre gigantes arrasando ciudades y personajes planos olvidables. Con una tremenda facilidad para pasar de lo divertido y ridículo a lo más trágico, Colossal cierra el primer día con más aplausos y la certeza de que Vigalondo es un autor que conoce los géneros que trata y los enriquece con algo fresco.
Si bien no llegamos a ver la película de inauguración, Inside (Miguel Ángel Vivas, España), nos llegan noticias tras sus tres pases. Como remake demasiado prematuro de À l'intérieur (Julien Maury y Alexandre Bustillo, Francia, 2007), apenas aporta algo nuevo. Su tercer acto reduce la violencia característica del torture porn francés pero, tras su conclusión, prácticamente todo queda en el olvido. Durante la gala de inauguración se entrega el Gran Premi Honorífic a Max von Sydow (El manantial de la doncella, The exorcist).
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