Charlton Heston, Trascendiendo el Disfraz


Siempre he creído que la actuación de Charlton Heston como Mike Vargas en la obra maestra de Orson Welles, "Sed de Mal" era de lejos, la mejor interpretación que un actor había dado jamás al mundo del cine. Hoy, el día en el que Heston a muerto a los 84 años de edad en su mansión de California, me reafirmo en tal afrenta. Afrenta para todos aquellos que han despotricado contra su presencia acartonada, su rictus impenetrable, sus delirios capilares, su malsana obsesión por las armas, su empeño en trascender, su pestilente grandeza. Hay un momento muy divertido en "Ed Wood", en el que un sosías de Orson Welles (el mas grande director de cine de todos los tiempos) se lamenta ante Wood de que la United le imponga a Charlton Heston para protagonizar su última película. ¿Qué demonios hace un tipo como Heston haciendo de mexicano, de piel morena y bigote zapatista?. Welles, siempre perseguido por problemas financieros, empeñado en trabajar, aunque sea con Charlton Heston como protagonista, aceptó las "sugerencias" de los jefes de United Artist y éste dió de sí la actuación mas impactante, delirante, extratarrestre y a la postre, sensacional, que he podido disfrutar jamás en una pantalla.

Charlton Heston dotó a la impostura, la caracterización y el hieratismo de parámetros dramáticos inauditos. Nos emocionó de este modo arrodillado ante la cabeza de la Estatua de la Libertad en "El Planeta de los Simios", al lado del cadáver destrozado del cabrón de Mesala en "Ben-Hur", como detective de segunda que descubre el ingrediente secreto de "Soylent Green". Su obituario viene ahora salpicado por sus provocadoras inclinaciones políticas, por su defensa a ultranza de la NRA, por los kilos que Michael Moore le echó encima en "Bowling For Columbine", pero ni Moore pudo con él.
Muchos dirán que Heston era probablemente el peor actor sobre la tierra, y seguramente tendrán razón. Humprey Bogart tampoco era un buen actor, pero al igual que Heston, ha contribuido de forma esencial en la construcción del ideario cinematográfico. Nunca hay que olvidar que en esto del cine, todo, absolutamente todo, es mentira. Charlton Heston hizo de ese mentirijilla su mejor baza. Su incapacidad gestual y su negación dramática era suplida por un carisma físico y presencial incuestionable. Heston abrió la puerta a los Stalonne del futuro, con la pequeña salvedad de que éste último nunca jamás, participará en una carrera de cuádrigas como la de "Ben-Hur". El séptimo arte ha perdido a uno de sus iconos mas importantes. Una figura construida de acuerdo a las necesidades de un star-systen en decadencia ávido de majestuosos espectáculos que te hicieran olvidar otro tipo de necesidades. Básicamente éste ha sido el principal logro de un actor capaz de trascender el disfraz y grabarse en el imaginario colectivo.




De regalo, los primeros cuatro minutos, espectaculares de "Sed de Mal" de Orson Welles.

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