Avanzadilla Veraniega

El verano ha comenzado a saldar sus primeros éxitos y también sus primeras decepciones. Que le pregunten a los productors puestos de crack que dieron luz verde a la secuela de "Como Dios", "Evan Almighty", ahora sin Jim Carrey, e invirtieron 175 millones de dólares en un torsy tupsy bíblico que por estas fechas a penas ha llegado a los 80 millones en la taquilla americana. Así mismo, a pesar de los previsibles taquillazos iniciales de las secuelas de "Piratas del Caribe", "Shrek" o "Spider-Man" éstas han visto como una semana después sus recaudaciones caían a más del 50 por ciento redondeando unos ingresos finales en torno a los 340 millones de dólares, cifras que serían mas que correctas si no tuvieramos en cuenta sus astronómicos presupuestos (por encima de los 200 millones). En un mercado como el actual, saturado de blockbusters y en el que cada semana se estrena la película del año, el espectador ha perdido la capacidad de conmoción. Las películas ya no se hacen esperar. Si querías saber que había ocurrido con Jack Sparrow, no te preocupues, diez meses después tienes otro capítulo de 3 horas de duración para explicártelo. No hay sorpresas, no hay espectación. Evidentemente, la industria ya está reaccionando. En los tiempos que corren, cuando te puedes descargar "Transformers" a los tres días de su estreno la industria quema sus cartuchos (en forma de monstruos, super héroes y colecciones literarias rancias) en la arena del caduco circo de la exhibición tradicional, tal y como lo hizo cuando llegó la televisión a los hogares del planeta. Si entonces tiraron de adaptaciones bíblicas, Hollywood explota ahora sus iconos mas populares intentando retener a las plateas cada vez mas desiertas. Luego está, claro, la calidad de los productos. Este verano no está siendo especialmente deslumbrante y la taquilla no ha sido inmune ante mas de lo mismo.


"Spider-Man 3" de Sam Raimi

La tercera entrega del hombre araña muestra una carencia fundamental y es la falta de confortabilidad que transmite el trabajo de Sam Raimi. El director se pasea con soltura por los nuevos parajes emocionales del super héroe pero no parece querer implicarse en demasía, bien porque el producto viene ya definido por sus dos primeras entregas y tiene ya un público fiel, bien porque Raimi esta algo cansado del proyecto. Personalmente, me inclino por la segunda opción. Sam Raimi es un creador lo suficientemente inquieto como para dedicarse en exclusiva durante tanto tiempo a un solo proyecto. Raimi hecha un poco en falta la libertad creativa que exhibió en sus primeros trabajos y a pesar de dejar su impronta en las escenas mas delirantes y descacharrantes de este tercer capítulo (al lado oscuro de Spidey me refiero) la película adolece de cierta arritmia narativa y evidecia en cada plano el piloto automático con el que ha sido puesta en pie.



"Shrek Tercero" de Chris Miller


El principal atractivo del capítulo fundacional de la franquicia mas rentable de Dreamworks Aniation, "Shrek" estribaba en el desparpajo con el que se aproximaba al universo del cuento de hadas, aún siéndolo. A base de sal gruesa y a costa de Disney y Hans Christian Andersen, los creadores de Shrek han generado un icono de la animación contemporánea que a cada nuevo capítulo va perdiendo chispa. De seguir de esta guisa, Shrek terminaría de caza con el nieto de George Bush. En "Shrek Tercero" las cosas consiguen topar las cotas aburrimiento apelando a un discurso cada vez mas conservador e irritante. Luego habría que hablar de la mala calidad de sus acabados técnicos, lo previsible de cada una de sus gestas y lo temerario de su discurso cívico.



"28 Semanas Después" de Juan Carlos Fresnadillo


Frente a los discursos continuistas narrativa y estéticamente hablando de la inmensa mayoría de las secuelas que se están estrenando este verano (cuando no direcamente, la reinvención de idénticos argumentos) Danny Boyle y Alex Garland, artífices de uno de los títulos capitales del nuevo cine de terror social junto a "Amanecer de los Muertos" y "Zombies Party", la estupenda "28 días después" han optado por un cambio total de los supuestos, pasando la dirección a un autor completamente distinto a Boyle, eliminando las pistas que nos llevan al primer relato y basando su eficacia en reconstrucciós de los paisajes que conocimos en esa primera entrega. Fresnadillo sorprende con un talante visual inaudito en el gremio de directores nacionales, que consigue momentos de una gran fuerza narrativa, apoyado en una cámara en mano nerviosa y un grano abultado, un excelente trabajo con los actores y sobre todo un habilísimo manejo de los resortes de lo que podríamo entender como "el susto" o lo que es lo mismo, el climax.

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