Cobardías Cinéfilas
Por lo menos cinco o seis veces me he dormido viendo "El Arco", la última película del coreano Kim Ki-Duk y aún así, todavía soy incapaz de reconocer que sea una mierda. Será por cobardía cinéfila o puede que incluso, por ir a contracorriente ahora que se ha puesto de moda criticar al llamado cine festivalero. Una nueva ola de críticos parecen haber perdido el miedo a decir que los experimentos de Jean-Luc Godard les parecen un muermo (pobres de ellos) o que Abbas Kiarostami es un somnífero (ilusos). Otras veces aciertan.
Acostumbrado a agitar los estómagos occidentales con anzuelos visuales harto desagradables, Kim Ki-Duk se permite la pequeña extravagancia de filmar un sencillísimo poema visual de mínima anécodota argumental, marcado por los silencios sonoros (que no físicos) y determinado por el grado de tensión de la cuerda del arco que toca y dispara su anciano protagonista enamorado de una chica de 17 años. Por supuesto la chica, que ha crecido con el anciano y al que se debe en matrimonio, cambiará de parecer en cuanto suba a bordo del barco un atractivo y joven estudiante que la encandila con su iPod y su móvil. La modernidad. El anciano, en desventaja, tratará de parar esa atracción a golpe de flechazos que a punto están de atravesar a los dos tórtolos pero al final, cual Cable Hogue oriental, terminará vencido, ante lo inevitable:el futuro. A estas alturas, y contado el final de la película, debería haber advertido que este era un post con spoiler, pero en verdad tampoco estoy descubriendo América. "El Arco" no consigue aproximarse ni en intensidad,ni en puesta en escena a esa maravilla que fue y es "Hierro-3", el penúltimo y mejor trabajo de Ki-Duk. Pensándolo bien, y puestos a ser un poco indulgentes, quizá la causa de mi sueño de roca no sea de la peli y tenga que buscar sus causas en la falta de vitaminas, el esfuerzo físico o las ganas de nadar.
Acostumbrado a agitar los estómagos occidentales con anzuelos visuales harto desagradables, Kim Ki-Duk se permite la pequeña extravagancia de filmar un sencillísimo poema visual de mínima anécodota argumental, marcado por los silencios sonoros (que no físicos) y determinado por el grado de tensión de la cuerda del arco que toca y dispara su anciano protagonista enamorado de una chica de 17 años. Por supuesto la chica, que ha crecido con el anciano y al que se debe en matrimonio, cambiará de parecer en cuanto suba a bordo del barco un atractivo y joven estudiante que la encandila con su iPod y su móvil. La modernidad. El anciano, en desventaja, tratará de parar esa atracción a golpe de flechazos que a punto están de atravesar a los dos tórtolos pero al final, cual Cable Hogue oriental, terminará vencido, ante lo inevitable:el futuro. A estas alturas, y contado el final de la película, debería haber advertido que este era un post con spoiler, pero en verdad tampoco estoy descubriendo América. "El Arco" no consigue aproximarse ni en intensidad,ni en puesta en escena a esa maravilla que fue y es "Hierro-3", el penúltimo y mejor trabajo de Ki-Duk. Pensándolo bien, y puestos a ser un poco indulgentes, quizá la causa de mi sueño de roca no sea de la peli y tenga que buscar sus causas en la falta de vitaminas, el esfuerzo físico o las ganas de nadar.
Si al final me darás la razón sobre kinki y sus peliculas. Hierro3 merece la pena. el resto? el resto por lo visto son casi tan aburridas como las de Ozu.
ReplyDeleteNo digas el nombre de Ozu en vano!!! Si no estoy mal de la cabeza... creo que es la primera vez que escribes algo en mi blog!!! Hay que apelar al espiritu de Ozu para que te manifiestes!!! Mooola!
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