Cronica del Festival de Cryptshow (2015)
Badalona se
viste de género fantástico y de terror para acoger por novena edición el
festival Cryptshow que vuelve para traernos grandes sorpresas.
Durante la
primera semana de julio los Crypts han traído al Círcol una cantidad gigantesca
de cortometrajes terroríficos con su particular ambiente familiar y festivo.
Capitaneada por el magnífico Toni Benages como director y maestro de ceremonias
del festival, esta edición, se ha caracterizado por la amplia oferta de cortometrajes
internacionales y por las pequeñas perlas que se quedarán grabadas a fuego en
la memoria de muchos de los espectadores.
De experiencia
inolvidable se podría calificar la proyección del clásico de terror sueco de
1921 La carreta fantasma (Victor Sjöström) acompañada por la música en vivo de
Agustí Busom y su banda. Los cuatro integrantes, Marc, Eloy, Roger y el
mencionado Agustí pusieron todo su talento y originalidad al servicio de la
maravilla narrativa de Sjörtröm. En ocasiones un complemento perfecto y en
ocasiones un tanto sobremedida, la música de Busom se puso al servicio de un
verdadero bombazo del suspense, una película con una profundidad temática y un
buen gusto narrativo abismales. Broche de oro para la primera noche de
Cryptshow, el perfecto antipasto para
la encarnizada competición del día que estaba por llegar.
Found. (Scott
Schirmer, 2012), vencedora un par de años atrás del festival Terrormolins, fue
la encargada de abrir la sesión del segundo dia. No solo por su cercanía
introspectiva y su inteligente mezcla de géneros fue elegida, Found. sirvió de
hilo conductor que abriría y cerraría el festival con la proyección de su
spin-off Headless (Arthur Cullipher, 2015). Brillante.
Del primer día
destacan un par de cortometrajes. Los amantes de la ultraviolencia al más puro
estilo Gaspar Noé tuvieron su ración de narrativa desordenada con guarnición en
la francesa Death Sentence (“Peine du mort” Julien de Volte, 2013), una
explosión de ira totalmente deliciosa que aun hace estremecerse a más de uno.
La arriesgada adaptación del relato de Borges El disco, o las fallidas Yayos
(Roberto San Sebastián, 2013) y The peripheral (J. T. Seaton, 2014) acompañaron
la desternillante e inteligente comedia sci-fi 2037 (Enric Pardo, 2015)
producida por El Terrat y protagonizada por Berto Romero.
Viernes. La
sesión infantil matinal para todos los públicos abrió la jornada pero la cosa
se puso seria con Natalie_net (Chico Morera, 2015), largometraje low-cost de
producción nacional lleno de referencias al mundo del cyberpunk y con una
estética propia de la animación japonesa.
Dicho esto y en
cuanto a lo que ficción clásica se refiere, la gran vencedora del día fue
Tanatopraxia (Víctor Palacios, 2014), divertida, original y con la mejor
interpretación femenina de todo el festival, la de Cristina Gallego. Que se
comió con patatas a la pésima protagonista de Hasta las entrañas (Leandro
Cozzi, 2014), un desafortunado error de la naturaleza, un glitch in the matrix que nunca debería haber existido, erróneo en
todos y cada uno de sus aspectos.
También fue
interesante comprobar el alto nivel de las producciones británicas.
Tremendamente bien ejecutadas estaban The stomach (Ben Steiner, 2014), Captcha
(Edward Tracy, 2014) y Ghost Train (Lee Cronin, 2013). Todas con una producción
excelente y una fotografía impecable, un verdadero placer ver proyectos que
respetan la inteligencia del espectador.
El respeto y la
excelencia se quedaron en la puerta del Cor de Marina, dentro no existen las
leyes ni las amistades, es la jungla… Hablamos por supuesto de la tradicional
batalla de programadores, el divertidísimo evento que ameniza la penúltima
noche del festival, una lucha a muerte en la que el campeón del año pasado Alex
Blasco (fascurt) revalidó el título ante el púgil italiano responsable del
festival Skepto de Cerdeña.
Enfilamos la
última jornada de competición y dejando atrás el cachondeo de la batalla de
programadores nos encontramos con una serie de propuestas tremendamente serias
en la que fue el mejor bloque de cortometrajes de todo el festival.
Retomamos el
punto de vista francés acerca de la violación como origen de la venganza con
Appartement à vendre (Jeanne Tachan, 2014) y su narrativa desordenada. Nos
adentramos en el spin-off no oficial de Fahrenheit 451 con la maravillosamente
ejecutada Phoenix (Florian Frerichs, 2014). Y nos dejamos vapulear por la
enérgica dirección de la canadiense de origen mexicano Gigi Saul Guerrero en El
Gigante (2015).
Pero la guinda
del pastel fue Dead Hearts, la fábula wesandersoniana del canadiense Stephen W.
Martin. Una mezcla de influencias que pasan por la comedia romántica juvenil de
500 días juntos, la divertida interacción con la muerte de Criando malvas y el
más puro estilo cómic rockanrollero de Scott Pilgrim vs The World. Tierna,
divertida y fresca.
La sesión se
cerró con propuestas interesantes como las españolas Caradecaballo (Marc
Martínez Jordán, 2014) cortometraje de diminuto presupuesto, 20 € y El bosque
negro (Paul Urquijo, 2014) con unos impresionantes FX de ambientación medieval
fantástica. No tan acertados estuvieron Ink (Andy Stewart, 2014) y Chaud lapin
(Varios, 2014) ambas con atractivas premisas que quedaban diluidas en un mar de
conceptos inconexos.
Una vez
concluida la última sesión de competición cerramos la herida abierta tres días
atrás con la proyección del spin-off de Found.: Headless (Arthur Cullipher,
2015) largometraje gore de serie B que como si un VHS perdido en un estante de
un videoclub desde 1978 se tratase nos mete en la mente de un asesino caníbal y
necrofílico mientras lo acompañamos en sus cacerías y vemos cómo y por qué es
torturado por su pasado.
Último día, la
hora de la verdad. El jurado, formado por Kikol Grau, Pablo Herranz, Marina
Queraltó, Kiku Vidal y Toni Messa delibera y decide que el vencedor de esta
edición de Cryptshow y quien se lleva el premio de la Sierra circular es:
●
Dead Hearts. De Stephen W.
Martin. Merecidísimo. Con mención especial para Daheim, una comedia negra sobre
el suicidio y la familia.
Lo que queda del
palmarés es repartido de la siguiente forma:
●
Premio del público para
l’Heritage.
●
Mejor corto de animación para
Chaud Lapin.
●
Mejor dirección para Gigi
Saul Guerrero por El Gigante.
●
Mejor guión para la ya
mencionada Daheim, responsable: Kay Wildo Meyer.
●
Mejor actor el escalofriante
Sammy Hayman de Ink.
●
Mejor actriz para Paula
Carruega por Hasta las entrañas.
●
Mejor banda sonora para Luke
Moore por Dead Hearts.
●
Mejores efectos especiales
para Gorka Aguirre y Cristina Iglesias por El bosque negro.
●
Mejores efectos visuales para
ArtFX por Hybris.
●
Mejor fotografía para Tom
Comerford por Ghost Train.
Así llegamos al
final de esta novena edición de Cryptshow, emplazándonos para su décimo
aniversario el año próximo dejamos atrás una semana de grandes cortos y
espectaculares películas, todas con ese ambiente familiar y cercano tan
especial que Toni y sus compañeros siempre nos brindan y que hacen que
Cryptshow sea un lugar tan especial. Nos veremos el año que viene con más
sorpresas.
Publicado por Carlos Hidalgo
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