Retrospectiva: Diamond Flash (2011)
El debut de
Carlos Vermut en el largo ya apuntaba todo aquello que lo llevará al éxito con
Magical Girl tres años más tarde. Diamond Flash es como la “maqueta” de un
grupo emergente, donde las melodías son de calidad pero el sonido no acompaña,
donde se echa en falta una mejor producción.
El guión es un
puzle en el que los personajes buscan las piezas que les faltan: una hija
desaparecida, un superhéroe salvador o un amor platónico. Estos son los
principales conflictos, pero si escarbamos un poco se pueden ver profundas
reflexiones sobre el significado de la familia, sobre la muerte y sobre las
relaciones amorosas.
La forma en
cómo Vermut aborda estos dramas tiene gran cantidad de toques personales,
elementos que se convierten en recurrentes en su filmografía. Las puntuales
referencias al mundo del cómic denotan los orígenes como ilustrador del
director; el retrato de problemas de la sociedad española como la violencia de
género, el abuso infantil o la homosexualidad, cuentan con un acercamiento muy
personal e intimista, mucho más reflexivo que aleccionador.
Planos largos,
una edición sencilla y una profunda confianza en las interpretaciones para
llevar el peso de la narración. Más sellos made
in Vermut que aparecen en un estado más primigenio de lo que veremos en su
posterior filmografía, es un lenguaje sin pulir pero de innegable calidad. Cabe
destacar que el aspecto que menos funciona de la película son ciertas
interpretaciones, que llevan a una pregunta antiquísima que quizá nunca logremos
responder: ¿La interpretación no funciona por el actor o por quien lo dirige? Sea
como fuere, algo falla.
El filme juega
con lo fantástico y lo psicológico como dos caras de la misma moneda, trazando
una fina línea que separa temas como los superhéroes o la ouija de los traumas infantiles. El uso de la música sorprende y
descoloca, ya que tiene con cierto componente irónico, lo alegre puede pasar a
ser angustiante en un leve cambio de plano. El arte del filme denota un buen
gusto por la elección de colores en vestuario y atrezo pero se ve limitado por
la fala de recursos.
Un sinfín de
elementos que hacen pensar en el brillante futuro que tiene como director
Carlos Vermut si sigue esta proyección y si se le da la libertad para explorar
temas de la forma en la que lo hace.
Publicado por Carlos
Hidalgo
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