Terror (post) 9/11. La Jubilación De Freddy Krueger

Cuando el 11 de septiembre de 2001 dos aviones comerciales se estrellaron contra las torres del World Trade Center en pleno centro financiero de Nueva York no solo cambió la política antiterrorista y las relaciones internacionales con los paises de Oriente Medio. A un nivel social mas profundo, y estamos hablando ahora fundamentalmente del territorio estadounidense, la población descubrió lo que era el miedo. El terror dejaba de ser cosa de psicópatas enmascarados, paletos texanos o pervertidos sexuales y pasaba a convertirse en algo mucho mas abstracto. Un terror producto de la inseguridad y de la incertidumbre. Un terror sin rostro definido que podría manifestarse y atacarte en cualquier lugar. No hace falta que sea Halloween, que haya luna llena o que te quedes sin gasolina en mitad del desierto. El nuevo terror pot 11-S viaja en el autobús que lleva tus hijos al colegio, en el avión que coges para ir Disneylanda, cada vez que tomas el metro para llegar a casa. Producto de esta sensación de desprotección, alimentada por las mentiras de gobernantes y militares, del fracaso de una guerra injustificable y finalmente, producto también de la desorientación (era la primera vez que Estados Unidos sufría un ataque terrorista en su propio suelo) han surgido una nueva serie de películas de terror en Hollywood que, del mismo modo que en los años cincuenta el género de la ciencia ficción alertaba sobre la amenaza comunista trayendo lagartos del espacio exterior, aleccionan a la sociedad yanqui, sobre los peligros del nuevo enemigo: el extranjero.
La primera gran película del 11-S y sus consecuencias no es ni "World Trade Center", ni "United 93" o "The Guys" (¿para cuando su estreno en nuestro país?). El primer gran título que aborda las consecuencias en la sociedad americana de aquellos tremendos atentados es ni mas ni menos que "Hostel" de Eli Roth. Estrenada hace dos años y bendecida por Quentin Tarantino, "Hostel" nos narraba el viaje de dos adolescentes estadounidenses por Europa y como se veían atrapados en una red internacional de carniceros y sadomasoquistas que, además de sacarles las visceras, les aleccionaban sobre los peligros de traspasar las fronteras de tu casa con valla y jardín. Comentaba Roth cuando se estrenó la película que un 80 por ciento de los estadounidenses no tenían pasaporte, es decir, que nunca habían salido de su país y tampoco pensaban hacerlo. ¿Para qué?. Fuera, mas allá de lo que alcanza mi vista, no hay nada

Este año han coincidido en cartelera con una diferencia de escasos meses tres nuevas apuestas que reinciden en el extranjero como el nuevo hombre del saco. La primera es "Hostel. Parte II" con Eli Roth y Tarantino de nuevo en sus cargos. El inesperado éxito de la primera parte alentó a Roth para indagar en la condición de sus víctimas (ahora son tres chicas) y en el auténtico significado de ese matadero humano, en el centro de Europa, en los tiempos que corren. Roth, mas apegado al gore que a la carniceria sexual de la primera entrega, profundiza en su discurso fronterizo, descubriendo al espectador que el horror se haya a la vuelta de la esquina y que la pantalla de nuestro televisor no nos puede distanciar nunca mas de el.

"Turistas" de John Stockwell, estrenada este verano y protagonizada por Josh Duhamel, repite básicamente el esquema de las películas de Roth, cambiando el enclave geográfico y llevando la acción a las playas de Brasil. Amparada en la carcasa de película de horror adolescente con el aditivo de los bikinis de sus protagonistas y los cuerpos de Melissa George, Olivia Wilde o Josh Duhamel, "Turistas" esconde el mas feroz y moribundo ataque a la política imperialista y colonialista de Estados Unidos. En la película, un grupo heterodoxo de americanos beatos, un par de ingleses salidos, una autraliana hippy y una pareja de suecos extratarrestres recorren las playas de Brasil impresionados por su belleza, lo barato de su alojamiento y por supuesto, el acicate sexual de sus habitantes. Todo por supuesto se complicará cuando caigan en manos de un cirujano loco con conciencia social dedicado a extraer los organos de turistas capitalistas para altruistamente donarlos a los hospitales infantiles del pais. Toma ya. En una secuencia clave, el doctor lo explica de forma explícita: "Estoy cansado de que primero nos robárais nuestros recursos naturales, el oro, nuestras mujeres e incluso nuestras entrañas (en referencia al tráfico de órganos propiciado por millonarios terminales). Ahora seré feliz viendo como el corazón de un yanqui late en el cuerpo de un niño brasileño". Pues eso. La película al margen de estas connotaciones es un mas que correcto ejercicio de terror que sorprende por el cambio de escenario y vestuario, con un puñado de secuencias muy bien resueltas (la persecución en la cueva submarina y sobre todo la "operación" a una de las chicas ante la atenta y desesperada mirada de su próximo "paciente") y un casting y un villano de lo mas acertado. Y es que el villano ya no es un pelele con careta de hockey, o un muñeco del Toys R'Us con mala leche. No. Ahora el villano es una persona normal que actúa movido por la asfixia social.

El tercer título es una suerte de "Cocodrilo Dundee" invertido. Se trata de "Wolf Creek" del australiano Greg McLean y es la mas floja de las tres. En "Wolf Creek" dos inglesas y un australiano que recorren la Australia profunda se ven sorprendidos por un cazador con mala hostia, suerte de Paul Hogan jubilado (la referencia a la peli de Hogan y el gag de cuchillo es lo mejor de película) que en la soledad que le propicia la inmensidad del desierto australiano y movido quizás por eclipses, voces o simplemente por irracionalidad animal se dedica a "cazar" turistas, mantenerlos con vida algunos meses, mientras los somete a todo tipo de vejaciones y luego utilizar sus pieles y demas pertenencias como decoración. Inspirada en hechos reales, McLean utiliza una estructura muy expositiva, sin comenzar la verdadera acción hasta el minuto 45 de película (justo el ecuador de la misma) para luego precipitarse hasta el dar con le origen del horror y la incomprensión y terror que causa en los tres protagonistas. Bien rodada, pero con algo de arritmia, "Wolf Creek" repite alguna de las constancias del género (es inevitable el momento en el que la víctima descubre que no ha sido la primera a partir del botin que el villano ha ido rapiñando de cada uno de sus presas anteriores; fotografías, cintas de video, peluches y coches) pero su terrible final, la mantiene con vida.
Malos tiempos pues para los Jason, Freddys y Michael Myers de turno (aunque Rob Zombie acaba de estrenar un nuevo "Halloween" en US). El nuevo monstruo no tiene ni nombre, ni cara. Esta en todos sitios y además, tiene un motivo para matarte.

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