Michael Mann Revisitado
Si Pablo me echa en cara que me haya gustado "Corrupción En Miami" siempre podré escudarme en el minucioso dossier que le ha dedicado a Michael Mann la prestigiosa Dirigido Por. Ahora ya nunca mas estaré solo cuando hable de la poética visual de sus trabajos y de la fuerza de sus encuadres. Cuando alabe en público su arriesgada puesta en escena, el desaliento existencial de sus antihéroes. En fin. La adaptación cinematográfica de la mas que hortera serie de los 80 trata de marcar distancias desde el principio. Para empezar, ni tan siquiera tenemos títulos de crédito, no ha sintonía de cabecera, ni neones ni rastro de Don Johnson. Es mas, hablar de adaptación es casi un eufemismo, porque lo que Michael Mann propone como artífice tanto del referente catódico como de su emulsión cinematográfica es una revisitación de su obra fílmica desde sus orígenes como productor televisivo a su consagración como autor americano gracias a títulos como "The Insider" o "Heat". "Corrupción En Miami" retoma las constantes narrativas y estéticas que marcan su filmografía con "Collateral", su penúltima película,como principal referente para reincidir en su radiografía de una sociedad urbana asediada por una tipología de violencia que trasciende de su variante física. La violencia en las películas de Michael Mann está mas próxima al desarraigo existencial y la debacle sentimental que interesada en los litros de hemoglobina derramados. A este respecto "Corrupción En Miami" se desvela como un intenso drama de imposibles románticos y con el cártel del tráfico de drogas como frontera de fondo. La inteligente utilización del video de alta definición para capturar esos cielos saturados que cercan el Miami que refleja la película es otro de los numerosos recursos estéticos que Mann utiliza para potenciar el drama de sus protagonistas así como la turbadora presencia de Gong Li en el reparto lo llena de un inusitado y excitante exotismo.
Si la decisión de convertir a Tom Cruise en villano de "Collateral" resultó a la postre un lastre excesivo para la credibilidad de la película, en el caso de "Corrupción En Miami" tenemos que equipar la elección de Colin Farrel al desastre de aquella. Farrell se muestra incapaz de dar identidad a un personaje que necesita de una personalidad menos apocada. Michael Mann ha dilapidado 135 millones de dólares en hacer su obra magna. La taquilla de momento se ha mostrado absolutamente reacia a su propuesta, confundida sin duda alguna por el recuerdo lejano de la serie de televisión y por una publicidad engañosa que te vende este versión como una cinta de acción veraniega. Nada mas lejos de la realidad. Ni por su nivel de explosiones, ni por el minutaje de sus silencios.
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